El escritor de ciencia ficción Ray Bradbury mira un retrato que fue parte de un
proyecto escolar para ilustrar a personajes de uno de sus dramas en Los Angeles,
en esta foto de archivo del 9 de diciembre de 1966. (AP Foto/Archivo)
LOS ANGELES, junio 6 de 2012 (AP) — Ray
Bradbury, el maestro de la ficción científica y la fantasía que transformó sus
sueños de infancia y temores de la Guerra Fría en marcianos telepáticos,
monstruos marinos enfermos de amor y la visión desoladora de un futuro
distorsionado en el cual los bomberos queman libros en "Fahrenheit 451", ha
muerto a los 91 años.
Bradbury falleció el martes por la noche en Cupertino, California, informó este miércoles su hija,
Alexandra Bradbury. No proporcionó más detalles.
El autor de clásicos de ficción científica como "Crónicas marcianas" y "El
hombre ilustrado" trascendió el género para conquistar la admiración de grandes
plumas como Jorge Luis Borges, quien prologó la versión en español de uno de sus
libros.
Aunque disminuyó su ritmo de trabajo en años recientes debido a un derrame
cerebral que lo postró en a una silla de ruedas, Bradbury se mantuvo activo al
llegar a nonagenario, escribiendo nuevas novelas, obras de teatro, guiones de
cine y un volumen de poesía. Escribía todos los días en la oficina de su casa en
el barrio de Cheviot Hills, en Los Angeles, y de vez en cuando se presentaba en
librerías y actos de bibliotecas públicas para recaudar fondos y otros eventos
literarios alrededor de la ciudad.
Su obra abarca desde terror y misterio hasta humor e historias compasivas
sobre los irlandeses, los negros y los mexicanoestadounidenses. Bradbury también
escribió el guión de la adaptación cinematográfica de John Huston de "Moby Dick"
(1956), así como varios capítulos de la serie de televisión "La dimensión
desconocida", incluyendo "El Teatro de Ray Bradbury", para el cual adaptó
decenas de sus trabajos.
"Lo que siempre he sido es un escritor híbrido", dijo Bradbury en el 2009.
"Estoy completamente enamorado del cine, y estoy completamente enamorado del
teatro, y estoy completamente enamorado con las bibliotecas".
En esta foto del 29 de enero de 1997, el escritor Ray Bradbury posa durante un
evento promocional de su libro "Más rápido que el ojo" en Cupertino, California. (AP Foto/Steve Castillo, Archivo)
Bradbury saltó a la fama en 1950 con "Crónicas marcianas", una serie de
historias entrelazadas que satirizaron el capitalismo, el racismo y las
tensiones de las superpotencias al retratar a colonizadores terrestres
destruyendo una civilización marciana idílica.
Al igual que "El fin de la infancia" de Arthur C. Clarke y el filme de Robert
Wise "El día que paralizaron la Tierra", el libro de Bradbury fue una alegoría
sobre la Guerra Fría en el que los acontecimientos en otro planeta sirven como
un comentario sobre el comportamiento humano en la Tierra. "Crónicas marcianas"
se ha publicado en más de 30 lenguas, fue adaptada en una miniserie se
televisión e inspiró un juego de computadora.
"Crónicas marcianas" profetizó la prohibición de libros, especialmente obras
de fantasía, un tema que Bradbury abordaría profundamente en "Fahrenheit 451",
de 1953. Inspirada en la Guerra Fría, el surgimiento de la televisión y la
pasión del autor por las bibliotecas, fue una narrativa apocalíptica de una
guerra nuclear en el exterior mientras en casa los bomberos son asignados a
quemar libros en lugar de combatir incendios (451 grados Fahrenheit, Bradbury ha
dicho, era la temperatura a la cual ardían en llamas los textos).
Fue el único trabajo de Bradbury realmente de ficción científica, según el
autor, quien dijo que todas sus demás obras debían clasificarse como de
fantasía. "Fue un libro basado en hechos reales y también en el odio hacia la
gente que quema libros", dijo a The Associated Press en el 2002.
Un clásico futurista a menudo enseñado junto con "1984" de George Orwell y
"Brave New World" de Aldous Huxley, la novela de Bradbury previó los iPods, la
TV interactiva, la vigilancia electrónica y en vivo, los eventos
sensacionalistas de los medios, incluso las persecuiones policiales televisadas.
Francois Truffaut dirigió una versión cinematográfica en 1966 y se hizo alusión
al título del libro — sin la autorización de Bradbury, se quejó el autor — para
el documental de Michael Moore "Fahrenheit 9-11".
Aunque involucrado en muchos proyectos futuristas, como la Feria Mundial de
Nueva York en 1964 y la exhibición "Spaceship Earth" en el parque Walt Disney
World de Florida, Bradbury estaba profundamente apegado al pasado. Se negaba a
conducir un auto o viajar, y le dijo a la AP que presenciar un accidente de
tránsito fatal de niño le había dejado un terror permanente a los automóviles.
De su juventud, se trasladaba de un lugar a otro en bicicleta o patines.
"No les tengo miedo a las máquinas", le dijo a la publicación Writer's Digest
en 1976. "No creo que los robots se estén apoderando del mundo. Pienso que los
hombres que juegan con juguetes lo han hecho. Y si no les quitamos los juguetes
de las manos, somos unos tontos".
Influido por Ernest Hemingway y Thomas Wolfe, Bradbury fue perfeccionando su
estilo literario en revistas baratas y llegó a ser uno de los pocos escritores
de ficción científica tratado con seriedad por el mundo literario. En el 2007
recibió una mención especial del Premio Pulitzer "por su distinguida, prolífica
y profundamente influyente carrera como un autor inigualable de ficción
científica y fantasía". Siete años antes, recibió una medalla honoraria National
Book Award a la trayectoria, honor otorgado a Philip Roth y Arthur Miller, entre
otros.
También fue nominado a un premio Oscar por la cinta animada "Icarus
Montgolfier Wright", y a un Emmy por su obra para TV "The Halloween Tree". Su
fama incluso llegó a la Luna, donde astronautas del Apollo nombraron un cráter
Dandelion en honor a "Dandelion Wine" ("El vino del estío"), su bienamada novela
sobre el momento mágico de la transición a la mayoría de edad. Un asteroide fue
nombrado 9766 Bradbury.
Nacido Ray Douglas Bradbury el 22 de agosto de 1920 en Waukegan, Illinois, el
autor una vez se autodescribió como "ese bicho raro especial, el hombre con el
niño adentro que lo recuerda todo". Alegaba tener total memoria de su vida,
incluso desde sus últimas semanas en el vientre de su madre.
Su padre, Leonard, instalador de líneas de una compañía de energía, fue
descendiente de Mary Bradbury, enjuiciada por brujería en Salem, Massachussets.
La madre del autor, Esther, le leyó "El Mago de Oz". Su tía Neva lo introdujo al
mundo de Edgar Allan Poe y le heredó su amor por el otoño, con su selección de
calabazas y disfraces de Halloween.
"Si hubiera podido elegir, mi cumpleaños habría sido en Halloween", dijo a
través de los años.
Las pesadillas que lo plagaron de niño también alimentaron su imaginación, al
igual que su gusto por los libros de historietas de Buck Rogers y Tarzán, las
primeras películas de terror, los libros de aventura de Tom Swift y las obras de
Julio Verne y H.G. Wells.
"Lo maravilloso de mi vida es que todo lo que he hecho es el resultado de lo
que fui a los 12 o 13 años", dijo en 1982.
La familia de Bradbury se mudó en 1934 a Los Angeles, donde se convirtió en
un cinéfilo y lector voraz. "Nunca fui a la universidad, así que iba a la
biblioteca", explicó.
Trató de escribir al menos 1.000 palabras al día, y vendió su primera
narración en 1941. Lo publicaban en revistas baratas hasta que finalmente fue
aceptado por publicaciones de prestigio como The New Yorker. El primer libro de
Bradbury, una colección de cuentos cortos titulada "Carnaval negro", se publicó
en 1947.
Era tan pobre durante esos años que no tenía oficina o siquiera un teléfono.
"Cuando sonaba el teléfono en la gasolinera al otro lado de la calle de nuestra
casa, corría a atenderlo", dijo.
Escribió "Fahrenheit 451" en la biblioteca de la Universidad de California en
Los Angeles (UCLA), en máquinas de escribir que alquilaba a 10 centavos la media
hora. Dijo que llevaba una bolsa llena de monedas de 10 centavos y que terminó
el libro en nueve días, a un costo de 9,80 dólares.
Aunque algunos académicos dudaron de esa historia, diciendo que es imposible
que haya creado una obra maestra como esa tan rápidamente, Bradbury sostuvo en
varias entrevistas con The Associated Press a lo largo de los años que así fue
exactamente como lo hizo.
Pocos escritores podrían igualar la inventiva de sus tramas: un chico se
burla de un vampiro llenándolo de monedas de plata; un dinosaurio confunde una
sirena de niebla con una llamada de apareamiento; Ernest Hemingway es traído de
vuelta a la vida en una máquina del tiempo. En "El hombre ilustrado", una de sus
historias más famosas, el tatuaje de un hombre predice un hecho horroroso: va a
asesinar a su esposa.
Orador dinámico de voz retumbante y distintiva, Bradbury podía ser
contundente y brusco. Pero también era un hombre gregario y amigable, accesible
en público y a menudo generoso tanto con sus lectores como con sus colegas.
En el 2009, durante un charla con motivo del primer aniversario de una
pequeña biblioteca en el Valle de San Gabriel, en el sur de California, exhortó
a los presentes a vivir como dijo que él había vivido: "Haz lo que amas y ama lo
que haces".
"Si alguien te dice que hagas algo por dinero, mándalo al demonio", gritó en
medio de un efusivo aplauso.
Hasta casi el final de su vida, Bradbury resistió una de las innovaciones que
ayudó a anticipar: los libros electrónicos, que comparó con metal quemado al
exhortar a los lectores a apegarse a los placeres anticuados de la tinta y el
papel. Pero a finales de 2011, cuando los derechos de "Fahrenheit 451" estaban
por renovarse, cedió y permitió que su más famosa novela se publicara en formato
digital. En retorno, recibió una gran suma de dinero y una promesa especial de
Simon & Schuster: la editorial aceptó colocar el e-libro en las bibliotecas,
el único libro de Simon & Schuster hasta ese momento que los clientes de
bibliotecas podían descargar.
Bradbury deja cuatro hijas: Susan Nixon, Ramona Ostergren, Bettina Karapetian
y Alexandra Bradbury. Marguerite Bradbury, su esposa por 57 años, murió en el
2003.
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El corresponsal de AP Robert Jablon contribuyó con este reporte.